Experiment cognitiu-perceptual Heider-Simmel (EHS)




En los años 40 del pasado siglo, los psicólogos Fritz Heider y Mary-Ann Simmel utilizaron el siguiente vídeo en uno de sus experimentos (Heider & Simmel, 1944).

Una vez visto el vídeo, se preguntaba a cada uno de los participantes del experimento que describieran lo que sucedía en el mismo. En realidad, se trata de una animación en la que un triángulo grande, un triángulo pequeño y un círculo se mueven alrededor y en el interior de un rectángulo en varias direcciones y diferentes velocidades. Sin embargo, la mayoría de la gente interpretó que se trataba de una historia protagonizada por seres animados con intenciones. Por ejemplo: “El triángulo grande está celoso y persigue al triángulo pequeño y al círculo hasta que escapan y entonces estalla en ira y destroza su propia casa”. Desde luego nos resulta más fácil dar una explicación precisa de lo que pasa en el vídeo con esas palabras que en términos puramente geométricos.

La razón de esta facilidad podría deberse a que los seres humanos hemos evolucionado como “animales literarios” (Gottschall & Wilson, 2005). Nos chiflan las historias. Desde los tiempos en que nos reuníamos alrededor de un fuego para contar y escuchar las alegrías y tristezas del día hasta hoy, que quedamos para tomar un café con los amigos y ponernos al día sobre nuestras vidas. Somos animales sociales que contamos historias sobre otras personas y para otras personas. Según un estudio del antropólogo y biólogo evolucionista Robin Dunbar (Dunbar, Marriott, & Duncan, 1997), el 65% del tiempo que dedicamos a hablar lo hacemos de temas sociales. Además, consumimos historias a todas horas: noticias, novelas, películas, series, relatos, cuadros, esculturas, canciones, danza, videojuegos…

La narrativa (hoy a menudo llamada storytelling) supone una de las pocas características humanas que parecen verdaderamente universales a través de las diferentes culturas y toda la historia conocida (Hsu, 2008). Se han encontrado cuentos populares escritos en sánscrito, latín, griego, chino, egipcio y sumerio que promueven la cohesión social entre grupos y sirven como método válido para pasar conocimiento a las generaciones futuras.

Entonces, ¿por qué hoy en día relegamos el storytelling casi exclusivamente al ámbito del entretenimiento? El famoso psicólogo Steven Pinker concluye que las historias son una herramienta de aprendizaje valiosísima (Pinker, 2007). Las historias nos proporcionan un mundo imaginario, seguro, donde podemos practicar multitud de conductas, aunque sea de forma vicaria a través de un personaje con el que nos identificamos. Además, y esto tiene su aplicación en multitud de ámbitos (desde la enseñanza hasta la publicidad), las historias tienen el “mágico” poder de cambiar comportamientos . Pero ¿por qué? ¿Qué elementos de las historias son útiles para enseñar, persuadir y entretener? Y aún más, ¿qué es una historia?

Albert Flexas, Storytelling: Contando historias para una comunicación eficiente, rasgolatente.es 10/06/2015

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