Eric Jarosinski, filosofia en twiter.



Eric Jarosinski trataba de culminar el libro académico que le llevaría al éxito en su profesión, en el departamento de lenguas germánicas de una prestigiosa universidad estadounidense, pero le costaba conseguirlo y se sentía frustrado. Decidió abrir una cuenta en Twitter en un lapso de tiempo entre la escritura y el tedio. En lugar de ser él mismo, le dio a su particular medio de comunicación en 140 caracteres aspecto de revista o magazine, la llamó Nein Quaterly, A compendium of utopian negation (No, un compendio de negación utópica), y comenzó a escribir. Hoy es, según sus propias palabras, "el aforista de Twitter", aunque reconoce que aún no ha encontrado el término exacto para describir lo que hace. La lectura de Nein. Un manifiesto, publicado la semana pasada por la editorial Anagrama -el pasado otoño en Estados Unidos- da bastantes pistas. Llega fuerte: "Nein no es no. Nein no es sí. Nein es Nein". Y ahora que ya no escribe textos académicos, lo hace en periódicos alemanes como 'Die Zeit'.

Eric Jarosinski
Dice de él el filósofo del hoy Slavoj Zizek que "es como el Norman Bates de 'Psicosis' en versión radical, atacando con unos 'tuits' que son como veloces cuchilladas". Dice más de él e incluso mejor; "Odio Twitter, creo que debería estar prohibido. La única razón que justifica su existencia es Nein". Y Nein le dedica las últimas líneas de su libro, cuyas últimas páginas, antes del epílogo, son un glosario que finaliza en Zizek: "1. Un esloveno que pasa por estalinista. 2. Lacan sin espejo". En un viaje a Eslovenia -lugar de origen de Zizek- para dar una charla, no consiguió encontrar al filósofo pero los medios de comunicación eslovenos le hicieron tantas entrevistas que Jarosinski bromea diciendo que "casi se sintió dictador". Llega a la cita con este periódico el mismo día en que aterriza en Madrid, con 'jet lag', medio dormido, y uno se encuentra con un hombre que dice Nein pero que es risueño. Al contrario de la mayoría de los mortales, no para de hablar mientras se le hacen fotos. "¿Conocéis a Santiago Sierra? Me gusta su obra, ese gran NO transportado por un camión...".

¿Hace usted aforismos o hace 'tuits'? Es más, ¿qué hace exactamente? 

Todavía no tengo un término para describir lo que hago. Un crítico avezado dirá: '¡Pero si esto no es un aforismo, no es siquiera un género, es un tuit!' En efecto, cada texto trabaja como un aforismo pero no es exactamente un aforismo. Lo que queda claro es que son breves y contradictorios. Si yo cojo un texto clásico de aforismos leeré siempre el más corto, aquel que me parezca más condensado. Piensas que volverás a los textos largos pero luego nunca lo haces. Me sirvo del título para fomentar la expectativa y trato de evitar el efecto 'galleta de la fortuna', esa pequeña píldora de sabiduría que lleva a veces implícita el aforismo y que a mí no me convence, no me gusta ese tono. Quiero decir cosas desde la autoridad pero eludiendo la autoridad al mismo tiempo.

¿Cuál es el problema con la autoridad? 

No confío en la autoridad del aforismo. Por eso, en Twitter siempre escribo antes de cualquier cosa frases como 'A gentle reminder' (un amable recordatorio ) o 'We regret to inform you' (lamentamos informarle de que...). Intento evitar la idea de que estoy ofreciendo algo inteligente que todo el mundo debiera saber... No quiero hacer que nadie se sienta idiota porque no entiende lo que digo. No quiero que nadie piense que lo que digo no es para él porque no entiende cierto contenido filosófico.

¿Es usted realmente pesimista en su vida personal y lo combate con sentido del humor? ¿Se puede aplicar su teoría de la negación utópica a la vida real?

Ahora hago muchas más bromas que antes acerca de estar deprimido, ser pesimista o sentirse frustrado. Me sentía así cuando daba clases en la universidad pero la diferencia es que nunca encontré la manera de que esas sensaciones me sirvieran en mi trabajo. Siempre intenté trabajar en contra de la frustración, en contra de la desesperanza. Ésta es la primera vez, con Nein, que encuentro una forma de usarlo en mi propio beneficio. Hay energía en la frustración si sabes qué hacer con ella. Conseguí a veces esto cuando enseñaba, no era muy bueno al principio pero intenté hacerlo de la mejor manera siempre, como la escritura académica.

¿Sigue dando clases?

Hace año y medio que no lo hago, pero no descarto hacerlo en el futuro... Nunca comenté a nadie en la universidad lo que estaba haciendo en Twitter, ni a mis compañeros ni a los alumnos. Se enteraron de lo que hacía por los periódicos. Piensa que durante mucho tiempo lo hice sin que tuviera repercusión, y luego tomé la decisión de dejar la universidad y un periódico alemán me entrevistó y...

¿Qué le gustaba de enseñar?

Me estrujaba la cabeza para escribir... Y en el aula, intentaba que lo que se dijera fuera interesante para los estudiantes, pensaba mucho en qué podría interesarles a ellos de los textos de Marx y Nietzsche. Estaba más interesado por descubrir qué había en esos textos para ellos, en enseñarles a pensar, que en mostrarles cosas concretas que debieran aprender porque de esa forma lo olvidarían todo muy pronto. La magia se da cuando consigues que un estudiante se interese por cómo leer, porque de esa forma los textos se quedan en nosotros. Un alumno puede llegar a clase con el texto leído y salir de ella con una idea completamente distinta tras la discusión en el aula, porque ha puesto a prueba su lectura, ha puesto a prueba sus ideas, y ha podido llevarlas incluso más lejos de lo que imaginaba. Ha retado su idea y la de otros. Esto lo aprendí dando clase pero no lo conseguí con los textos académicos. Por suerte, enseñando sí que se puede emplear la frustración para algo.

Ahora da charlas, próximamente en Barcelona, ¿cómo son esos encuentros?

Siempre distintos. Trabajo con los 'tuits' y con partes del libro, pero no leo, lo que hago es hablar y proyectar en una pantalla los textos, de forma que hay dos voces distintas, estoy yo y están los tuits. A veces incluso hay contradicciones entre lo que digo y lo que se ve en la pantalla. Sé que no soy un comediante pero me gusta escribir bromas. Mis charlas no funcionarían en la radio, por ejemplo, a veces la gente se rie y no es por lo que yo digo sino por lo que ellos están leyendo.

¿Saben sus antiguos compañeros que ahora es 'el aforista de Twitter'?

La única opinión que me importa es la del viejo profesor cuyo puesto ocupé en la universidad porque él se retiraba. Es un profesor muy importante y también su obra e incluso me ayudó a conseguir el puesto. Estaba nervioso por saber qué pensaba él de que no pudiera sacar adelante el trabajo en la universidad, lo evitaba porque no quería hablar... Luego un día, en la universidad, tenía que ir a una lectura y sólo quedaba una silla vacía y era justo a su lado, así que me senté y viví uno de los mejores momentos de mi vida, él se giró y me dijo: ¡Lo que estás haciendo es estupendo! Esto es lo que más ha signficado para mí del entorno universitario. No sé nada de los demás pero tampoco me importa. Lo genial es que la persona que más respetaba aprobó lo que hacía. Él escribía su gran libro sobre la cultura germánica, y me dijo: 'Has dicho más en un 'tuit' que yo en todo mi libro". Esto es lo que quiero recordar. Puede haber gente que no esté demasiado conforme con lo que ha sucedido conmigo porque el trabajo académico es muy duro, ponen su vida, su vida entera en un libro que quizá sólo lean cinco personas y no creo que eso sea la medida del éxito de un trabajo. Algunos buscan el prestigio a través de la academia y eso es muy peligroso porque nunca serán felices, trabajan en un mundo pequeño y tienen que ser conscientes de eso, has de obtener satisfacción de otras cosas, de enseñar por ejemplo, o de pequeñas cosas... Y aquí estoy yo, que no he conseguido hacerlo bien en la universidad, y ahora la gente me presta atención y lee mis tonterías.. mientras ellos hacen un trabajo serio y no les hacen caso. Puedo entender que no les interese lo que hago.

¿Qué es exactamente su nihilismo utópico?

Esto es lo más auténtico que he hecho en mi vida. En mi anterior trabajo intentaba dar lo mejor de mí mismo pero tenía la sensación de estar intentando ser alguien que no era. Ahora estoy mucho más cerca de lo que me gusta hacer y soy. El éxito que haya podido alcanzar finalmente puede ser incluso temporal, terminar en cualquier momento, olvidarse.. Fue cuando intentaba sacar adelante mi libro académico cuando comencé a escribir estos 'tuits' y sentía mucho más deseo de tuitear que de escribir. Encontré en mi frustración algo que significa algo para mí y confié en ello como nunca había confiado en nada. No tenía nada que perder. Eso da poder. E hice lo que necesitaba. La pregunta que me hice fue: ¿Quieres seguir como hasta ahora o quieres hacer algo con toda esa negatividad y frustración?

¿Cuál es tu cuenta de Twitter preferida? ¿O su persona de Twitter favorita?

La cuenta que más me gusta es Dogsdoingthings. Es buenísima. Siempre tiene la misma estructura. Siempre perros haciendo algo. Así funcionan bien los 'tuits'. Como un dibujo, una fotografía de una situación.

Rebeca Yanke, El filósofo de los 140 caracteres, el mundo.es 17/02/2016

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