El concepte de "diferència lliure" de Deleuze.


Gilles Deleuze

Desde hace un tiempo he venido centrando esta columna en un asunto vinculado a la historia de la filosofía, concretamente a las condiciones de posibilidad de la identidad, que he ido planteando con referencias a la clasificación aristotélica, ciertos principios leibnizianos y el proceso dialéctico que va de la  diversidad a la contradicción pasando por la oposición en la Ciencia de la Lógica de Hegel.
Ciertamente el tema sólo ha sido esbozado. Entre alguno de los tratamientos del asunto a los que ni siquiera he aludido  está el de Deleuze en su tesis doctoral Diferencia y Repetición, de cuya publicación se cumple ya medio siglo y que constituye quizás la obra mayor del autor ( a quien músicos y filósofos rendirán un homenaje este año en la ciudad de Ronda). Señalaré tan sólo que Deleuze introduce los conceptos de diferencia libre, es decir diferencia no subordinada a la unidad y de repetición compleja. La segunda idea es difícil de sintetizar. Podría hablarse metafóricamente de  retorno de algo que nunca de verdad se ha dado, la fertilidad en forma de reminiscencia. En algunos pasajes de la Recherche de Marcel Proust (autor sobre el cual Deleuze tiene un magnífico libro titulado Proust y lo signos ) cabría encontrar bellísima expresión literaria de esta idea.
Más fácil es aproximarse a la noción de diferencia libre, por  ejemplo contraponiéndola a la teoría aristotélica de la clasificación: Sócrates y Calias difieren entre sí por determinaciones que Aristóteles considera accidentales (diferencias materiales dice), pero coinciden en cuanto hombres. Hombre y bonobo se distinguen por su diferencia específica pero coinciden en cuanto animales. Animal yplanta son heterogéneos pero coinciden en tanto seres vivos. Hasta ahí a cada nivel de diferencia corresponde u ivel de unidad que de alguna manera prima. El proyecto de Deleuze consiste en liberar el pensamiento de esta necesidad de vincular siempre la diferencia a la unidad, la diferencia libre sería la expresión de este desenganche. Recuerdo que durante la discusión de mi propia tesis doctoral (de cuyo tribunal Deleuze era miembro) tuvimos un pequeño debate sobre si la teoría de las categorías de Aristóteles era insertable en el sistema de subordinación de la diferencia a la unidad. Mi posición era que en la teoría según la cual  el ser no es un género supremo, sino que explota en la multiplicidad categorial, Aristóteles se acercaba de alguna manera al concepto deleuziano: juzgar es aplicar la multiplicidad categorial; las categorías son una multiplicidad originaria no derivada por diferenciación a partir de género común alguno; luego juzgar es inscribirse en una diferencia irreductible. Ciertamente Gilles Deleuze tenía otra percepción del aristotélico  libro de las Categorías. En cualqueir caso la cuestión que el pensador francés planteaba era fascinante y en aquel momento indisociable de los idearios políticos que se debatían entre sus estudiantes.    
Víctor Gómez Pin, Asuntos metafísicos 90, El Boomeran(g), 24/03/2015

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