Expoli o dèficit fiscal?


... la fórmula de extender el concierto / convenio vasco y navarro a Cataluña no solo es inviable por razones constitucionales (la disposición adicional primera limita su aplicación a los territorios forales), sino también políticas. Como ha explicado Ángel de la Fuente, el experto más conocido en financiación autonómica, en el número del mes pasado de la revista Claves, “la equiparación de Cataluña con el País Vasco en términos de financiación por habitante exigiría unos recursos adicionales de más de 16.000 millones de euros que habría que detraer del resto de las comunidades de régimen común, lo que supondría reducir la financiación de estas en algo más del 12%”. Ningún Gobierno español podría aceptar algo así sin deslegitimarse radicalmente.

Otro experto, este catalán, Antoni Zabalza, que fue secretario de Estado de Hacienda en Gobiernos de Felipe González, explicaba en este periódico (9-11-2011) que la “anomalía” de los conciertos vasco y navarro era soportable para el sistema por la relativamente pequeña dimensión de esas comunidades, que aportan entre ambas el 8% del PIB español; mientras que si se sumase el 18,6% que supone Cataluña se vería afectado el 27% del PIB nacional, lo que implicaría ya una considerable distorsión a la necesaria autonomía de la jurisdicción central para cumplir sus responsabilidades constitucionales (incluyendo la de garantizar el principio de igualdad).


Ese principio implica que las comunidades más ricas transfieran recursos a las que lo son menos a través de los mecanismos establecidos. Eso es considerado por los teóricos del soberanismo como prueba del “expolio fiscal” de Cataluña, pero es algo que ocurre en todos los sistemas federales modernos. Como ha recordado recientemente José María Ruiz Soroa (El Correo, 2-9-2012), tener déficit fiscal no es “un expolio, ni un robo, ni algo injusto, sino la expresión de la justicia fiscal progresiva”. A nadie que paga más impuestos de lo que cuestan los servicios públicos que recibe se le ocurriría salir a la calle gritando “tengo un déficit fiscal personal”, dice Ruiz Soroa, para concluir que si las diversas comunidades tuvieran todas un saldo fiscal igual a cero “podríamos afirmar que estamos ante un Estado radicalmente injusto e insolidario que incumpliría sus funciones más básicas”. Cataluña contribuye a la Hacienda común en mayor medida que otras porque es más rica que ellas, o sea, porque hay en su población más contribuyentes ricos. (...)

Según datos de la Generalitat, Cataluña es la tercera comunidad en recaudación y la octava en financiación por cabeza, tras su aportación a la solidaridad. Pierde por tanto cinco puestos. Las otras dos comunidades que son contribuyentes netas, Baleares y Madrid, pierden respectivamente siete y nueve posiciones. El hecho de que afecte a esas otras dos comunidades podría tal vez propiciar una negociación que ya no sería solo sobre Cataluña, sino sobre la adecuación del sistema de financiación a las condiciones de la crisis. De la reunión podría salir el encargo de un informe técnico independiente que actualice datos e incluya los relativos a las balanzas comerciales entre comunidades, inseparables del debate sobre las balanzas fiscales.

Patxo Unzueta, Pacto sin concierto, para bajar la fiebre, El País, 19/09/2012
http://elpais.com/elpais/2012/09/18/opinion/1347990710_190489.html


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