Filosofia: divorci entre els homes i el déus.

(Sôcrates):  Más que el síntoma de un simple desorden, aunque sea mental, comprended en nuestra palabra "crisis» (krisis)un juicio (krínein), una decisión, o mejor todavía una separación. Cualquier juicio distingue. Separar se dice en mi lengua diakrínein, «producir una crisis». Para nosotros, griegos de origen, la primera, la insuperable crisis fue la que separó a los hombres de los dioses.Cuando defino la filosofía no como sabiduría sino como búsqueda de la sabiduría, señalo de inmediato que la filosofía está prohibida a los dioses, los cuales no podrían buscar lo que de entrada se supone que poseen.

Los dioses quizá sean sabios, pero nunca filósofos. Homero, el poeta «que dio sus dioses a Grecia», distinguía el lenguaje de los celestiales del lenguaje de los terrenales. Después de él, Hesiodo zanjó la cuestión. Contó que fue en Mecona donde tuvo lugar la ruptura que puso fin a los tiempos benditos en que humanos y divinos presidían los mismos banquetes. En este lugar mítico, con los consejos de un semidiós, no menos mítico, el famoso Prometeo, los hombres ofrecieron a los dioses sólo el humo de un asado y se guardaron para ellos los sabrosos pedazos del pernil. Zeus, con fingida cólera, les pagó con la misma moneda y les prohibió el uso del fuego. Prometeo no se reconoció vencido y ocultó una valiosa brasa, que confió en el acto a los humanos. ¡Se acabó la comensalía! La ruptura era irremediable. El ladrón del fuego pronto fue castigado, encadenado para la eternidad a la roca caucásica, un águila le roía el hígado, mientras que el género humano se descubría hasta el final de los tiempos expuesto a la enfermedad y a la muerte por medio de Pandora (primera mujer, pero último regalo envenenado que descendió del cielo). Así se divorciaron existencia divina y condición humana.

André Glucksmann, Los dos caminos de la filosofía, Editorial Tusquets, Barna 2010
https://sites.google.com/site/cavernicoles/no-se-res

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